Despedimos a Paolo Fabbri

Enfrentados al deceso de uno de quienes más han aportado a la producción de conocimientos en el campo de la reflexión y la investigación semiótica contemporáneas, cabe también señalar que Paolo Fabbri, fallecido ayer, ha impulsado también nuestro desenvolvimiento como institución en tanto espacio nacional e internacional de auspicio y registro de esa producción.

Vale destacar que Fabbri ha sido, entre los notables de la semiótica, uno de quienes han visitado la Argentina y aportado al impulso de esos propósitos con mayor  continuidad y frecuencia en los últimos treinta años, contribuyendo al establecimiento de relaciones académicas e institucionales para el cumplimiento de proyectos favorecedores de la organización y actualización de actividades de organización expansión y actualización en los diversos campos de la disciplina. Y contribuyó al establecimiento  de relaciones intelectuales y académicas del norte al sur de nuestro territorio, que se prodigaron en seminarios, conferencias y congresos.

Su última participación data del año pasado, en oportunidad del 14° congreso de la Asociación Internacional de Semiótica, organizado por la AAS y la Universidad Nacional de las Artes.

Y un segundo aspecto puede indicarse como representativo de lo que definió el lugar de la personalidad de Paolo en relación con nuestro medio: la producción que estimuló en integrantes de nuestra asociación para la difusión de su obra. Su reconocido dinamismo renovador era reticente en la instancia de lo que debió haber sido su ligazón al mundo de la gran difusión pública, y en especial al libro. Y fueron entonces los esfuerzos convergentes de Lucrecia Escudero (compiladora y traductora de buena parte de su obra) y de Eliseo Verón (editor de la Colección “El mamífero parlante”), los que posibilitaron esa difusión y publicación. Fue así entonces que Fabbri, un practicante devoto de la oralidad, dio conocer, en América y España, un buen tramo de su producción.

La difusión de su obra ha tenido y tiene una circulación notoria, y también ha sido objeto de un cuidado de nivel epistemológico, tema siempre, de distintas maneras, presente en su trabajo. Esta preocupación, no suficiente en buena parte de las ciencias sociales, lo desvelaba de una manera singular: no se trataba simplemente de las frecuentes discusiones entre “contexto de descubrimiento” y “contexto de verificación”, sino también de una cuestión previa: la que concierne a una autonomía y especificidad de la Semiótica como tal. Sin duda un propósito de esta índole no está exento de debates y diferencias sustanciales de aproximación al asunto; es, en este aspecto, donde mostró su nobleza intelectual y personal defendiendo con gallardía sus posiciones, y con igual energía la posibilidad de palabra de sus contendores.

3 de Junio de 2020 Asociación Argentina de Semiótica