Recuerdo de nuestra Maestra y Amiga Pampa

Ella ha venido y se quedó con nosotros… Ha llegado con su enorme sonrisa y sus
ojazos picarones e incisivos… Como siempre, conversando, siempre conversando…
Todos los temas son para ella animados, expandidos y con pizcas de humor e ironía…
Las risas y sonrisas cómplices se comparten para aliviar trivialidades, poses doctorales,
estulticias solemnes y otros densos episodios del mero transcurrir académico… Ha
venido “la Pampa” con sus bríos bajtinianos, con sus despliegues del fantástico,
envuelta en semiosferas lotmanianas y metodologías meticulosas, todo compartido con
pedagógicos envíos de Maestra-de-alma… Su simpática palabra de cadencia cordobesa
adopta posiciones políticas, reparte sentido crítico y no se priva de creativos
hallazgos… La inmensa-pequeña Pampa se ha incorporado a nuestros encuentros con
tanta sencillez, con tanto allegro solidario, con tantos saberes y experiencias de pura-
vida que la retuvimos y la guardamos para siempre en nuestros íntimos recuerdos
personales.

Cuando creamos el Laboratorio de Semiótica en Misiones, lo primero que hicimos fue
tomar un nombre propio que nos represente y nos cobije: elegimos a Pampa por su
temple lúcido, comprometido y laborioso. En esa instancia inaugural, dijimos lo
siguiente: “antes de comenzar actividad alguna, en el umbral de nuestro Laboratorio,
colocamos un emblema que consideramos ejemplar: los trabajos y los días de nuestra
querida Maestra Pampa Arán. El tributo simbólico, el reconocimiento y la gratitud que
ofrecemos desde el modesto pórtico de nuestro taller artesanal, ubicado en estas
latitudes fronterizas, procuran inscribir nuestros pasos en el rumbo y las andaduras
cumplidas por Pampa. Hemos encontrado una gran convergencia con los principales
propósitos y fines que veníamos sosteniendo, de modo que su figura nos convoca a
refrendar y persistir en pautas compartidas que trato de bosquejar a continuación:
-Compromiso docente generoso. -Conversaciones transversales y fecundas. -Honestidad
intelectual sin concesiones. -Alegría ética en la tarea. -Valoración constante del sentido
común y el sentido del humor. -Participación política en los estamentos universitarios y
defensa activa de la educación pública.

Ella permanece ahí, entera e indeleble, plena de vigor, atravesando la muerte como un
episodio más de la saga que insiste en la memoria y viene y viene para quedarse.

Ana Camblong